Cuenta la historia que una dulce niña de doce años pasaba el verano con su abuelo en el pueblo natal de su madre, mientras sus padres se iban de vacaciones.
La niña era conocida por todo el lugar gracias a su alegría y su eterna sonrisa. Una mañana, la niña dejó de sonreír, había estado paseando por el bosque pese a las advertencias de su abuelo, fuese lo que ella viera la privó de su alegría. En el bosque, ella descubrió a su abuelo y otros vecinos realizando sacrificios humanos. Cuando volvió a su casa su abuelo lo esperaba con unas tijeras para cortar setos que la decapitaron, pero cuenta la historia que al morir so oyeron risas, y cada noche de Halloween dicen que la niña se aparece con unas tijeras decapitando a todos los transeúntes, si queréis saber como evitarlo, escuchad bien, se pueden oír sus risas...
Historia inventada por Javier
Mañana Culombio...